09- Febrero – 2012.
Solo estaba descansando, pero ocurrió.
Esta noche quería entregar la
segunda parte del viaje. Pero lo dejo hasta dentro de 24 horas.
Hoy, prefiero escribir sobre la barbaridad bárbara que me ha
ocurrido.
Alguien, a quien no deseo
nombrar, me habla en el nombre de terceras personas. Me llama amargado, me
llama mal padre, me llama mal marido, me llama perro, borracho, me llama
dejado, me llama y me escupe la maldad de la víbora que lleva dentro.
Yo, sabiendo por donde vienen los tiros, le hecho carbón
para que arda con mas fogosidad. Esto la lleva a evidenciarse ante mí. La lleva
a darme palabras que quizás un día y frente a frente y a la cara, no será capaz
de decir.
Las cosas que hoy me dijeron, lejos de humillarme, me
llenaron de rabia, de fuerza, de fortaleza. Me encienden una nueva meta para mi
retorno. Quizás tarde dos semanas más en regresar. Quizás. Pero la verdad, creo
que esa persona, con nombre y apellidos, ha de saber que el futuro es algo que
llega.
Las cosas que hayas tenido en tu vida interna “amiga”, no has
de pasárselas a otros seres, si tu consorte vivió del cuento, si tu consorte
solo estaba para vivir de tu trabajo, si tu compañero, cuando no le dabas tu
salario te maltrataba, si tu media naranja, te hizo daño… Nunca amargues la
vida de otras personas que viven alrededor de ti. Nunca amargues la vida de los
que te rodean, porque ese odio que sientes, es sobre quien te hizo daño, no
contra el resto de ese género. Cada día tiene 24 horas, cada día es distinto,
cada día tiene un amanecer y un anochecer, pero porque veas la oscuridad en tu
vida, no desees que sea de noche para todo el mundo. Una parte de este tiene día,
otra parte penumbras. Amarga tu existencia
dándote a los que viven de eso, dándote a los que de fiestas, te alaban.
Piensa en quienes traes tras de ti, tus retoños.
Buenas noches por ahora. Quizás
el desvelo, me lleve a escribir otra cosa.
“Gracias amiga” por tu ayuda.
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