Aquella mañana al llegar al trabajo, Papá nos mandó a Paco Benzal y a mí que cogieramos la furgoneta y fuéramos a recoger al perro que el día anterior habíamos dejado perdido en la montería. Nos dijo dónde podríamos encontrarlo y nos dio órdenes precisas de como debíamos de realizarlo. Nos dio 1.000 pesetas para gas-oil y nos dio otras 1.000 más para que tomásemos café y algún refresco y para algún posible imprevisto.
Por aquellos días me encaminaba a los 17 años, pero aún faltaban 3 meses, por lo que tenía en realidad solo 16. Porque os cuento esto? Porque en aquella época, con esa edad ya se tenía responsabilidades y ya se trabajaba. Yo en concreto, ya tenía a mi cargo el salir de perrero en las monterías, como un extra los fines de semana, pues ente semana trabajaba aprendiendo la profesión con un gran jefe, con mi Padre.
Desde Rivero de Posadas, donde estábamos reparando su iglesia, Paco y yo tomamos la carretera para dirigirnos a Moratalla, donde tomamos café en el bar de la estación, Velázquez. El nos esperaba, pues el día anterior al regresar de la montería, habíamos estado allí parados, tomando un refresco y dejándole unos corazones y algún que otro trozo de carne, pues siempre que pasábamos de regreso de alguna montería de la zona, se lo dejábamos. La amistad de papá y Velázquez, venía de muchísimos años atrás. Tras tomar café, el nos dio una bolsa con unos refrescos de lata y dos bocadillos generosos en jamón, los cuales no habíamos pedido, pero que él había preparado pues ya ayer papá le había comentado que pasaríamos por la mañana.
Tras la parada, retomamos camino con dirección a hornachuelos, desde donde nos dirigimos por la carretera de las Navas a la finca de la Loma.
Tras más d una hora de camino, llegamos al cortijo, donde preguntamos al guarda de la finca si había regresado algún perro y el nos dijo que en los corrales de atrás, había uno pero que no era el nuestro, que era de Pepillo el Loco, el de Almodovar, pues Juan el guarda, conocía los collares y cencerras de algunos rehaleros, (término utilizado para los perreros de rehalas).
Después seguimos las instrucciones de papá y tomamos el camino del río, por donde la mañana de antes, habíamos ido a la suelta de perros. Una vez llegamos allí, los llamamos varias toque la caracola. Entre intervalo de llamarlo y tocar la caracola, dejábamos unos minutos de absoluto silencio por si escuchábamos la cencerra de el.
Tras varios intentos sin resultado positivo, seguimos las instrucciones y tome mi zurrón donde metí la cantimplora de agua, unos mosquetones por si tenía que traerlo a reata por el cansancio y los prismáticos y me puse el cinturón con el machete. Regalo de un teniente coronel, mi machete era la balleta de un fusil setmet. Tras esto me colgué la caracola, y le dije a Paco que ya estaba preparado. Las instrucciones eran claras, Paco tomaría la furgoneta por el camino de la umbría hasta llegar al lugar donde el día de antes habíamos terminado, mientras yo, caminaría casi por los mismos pasos que el día anterior buscándolo. Si Paco llegaba y el perro estaba allí, tomaría el camino de arriba desde donde yo podría verlo y salir a su encuentro, si no , me esperaría allí.
Comencé a caminar, bordeando el monte espeso y por los pocos claros que había. Cada 100 mt, hacia una parada tocaba el caracol y gritaba varias veces, aún recuerdo que le decía "cartoneroooooooo, hop, hop, hop, ven aquí perrillo lindo, cartoneroooooooo" y tras esto, permanecía en absoluto silencio unos minutos. Solo se escuchaban los pajarillos y el trotar de algún que otro ciervo y ciervas, pero no su cencerro. Así camine casi tres kilómetros. A lo lejos veía la furgoneta, y distinguía a Paco junto a ella, tome los prismáticos y vi que tenía un perro de manchas negras, aquel sin duda, no era Cartonero. Mi perro era blanco puro y de talla alta, un podenco fuerte y elegante. Tras esto, volví a meter los prismáticos dentro de su funda, bebí un poco de agua y cerré el zurrón. Cuando me lo estaba colgando, escuche los ladridos de Cartonero, era él sin duda, conocía muy bien sus ladridos. También escuchaba unos graznidos muy raros y sabía que algo no estaba bien, así que lo llame y comencé a correr hacia arriba, hacia la cima de un pequeño monte, no más de 100 metros me separaban de él, casi llegando y faltándome el aliento lo vi y entonces es cuando llegó mi verdadero problema. Mi blanco podenco, llamado Cartonero, tenía una pelea con cuatro grandes buitres que casi tenían comidas las tripas de dos ciervos y una cierva, quise ayudarle, pegando voces, cuando de repente, dos de los buitres, saltaron hacia mí con sus picos y garras amenazantes. Tuve que correr para que uno de ellos no me alcanzara, y recordé que papá me había contado, que los buitres con el estómago lleno, no vuelan, que solo saltan. Pero no veáis que saltos daban los condenados. Agitaba mis manos, les gritaba y ellos seguían tras de mí. Así los aleje unos 40 mt cuesta abajo, luego los rodee y volví a subir arriba, donde los otros dos, al verse en menor número, se habían alejado unos 10 mt y mi perro seguía ladrándoles para que se alejaran de los cuerpos sin vida de los ciervos. Al llegar Cartonero se vino hacia mí moviendo su cola en señal de alegría, me arrodillé y lo abrace, después le hable y le dije que me había dado un gran susto. Solté mi zurrón y saque la cantimplora, para verter agua en mi mano, donde el bebió una buena cantidad. Ahora nosotros teníamos la colina y los buitres estaban observando que hacíamos. Saque el machete del zurrón y un saco que siempre solíamos llevar en su interior. Corte cuatro jamones que estaban intactos y deje que Cartonero comiera cuanto quiso de los restos de los cuerpos. Mientras el comía, corte el cuellote los dos ciervos para llevarme sus cuernas (de cómo lo transporte todo, también os puedo contar una historia). Me puse el zurrón a las espaldas, cuando los buitres de nuevo se acercaban, apenas estaban a 10 mt de mi, cargue el saco al hombro y lento me marché caminando. Los buitres se acercaban, casi estaban a 5metros de mi, pero ellos estaban más interesados en los restos de los animales que en atacarme, así que me marche cuesta abajo con Cartonero abriéndome paso por una estrecha vereda entre jarales hasta llegar a la orilla del camino, donde deje el saco y me fui al encuentro de Paco, quien se alegró al verme y me contó que tenía otro perro de otra rehala.
Nos encaminamos al cortijo, parando a recoger la carne. Una vez en el cortijo, dejamos en perro que Paco recogió y nosotros recogimos el de Pepillo el Loco. De camino a casa, le conté a Paco todo lo ocurrido y él se reía a carcajada limpia. Sobre las dos de la tarde, llegamos a Rivero de Posadas, donde mi padre, nos esperaba. Le contamos todo lo acontecido y nos dijo que lleváramos el perro a Almodovar a casa de Pepillo y dejáramos el nuestro en la nave y así lo hicimos, dejando previamente la carne en casa.
A eso de las 3:30, regresamos a Rivero de Posadas, y papá ya tenía todo recogido y nos esperaba. Cándido, Manolo y Ramón, ya se habían marchado. Papá nos dijo que no nos bajáramos y que nos marchábamos a casa. Una vez en ella, mamá tenía un jamón preparado para Paco, que dijo que esa noche, sus leones (hijos), se pondrían agusto, es decir, que esa noche comerían carne del jamón. Luego se marchó dándole las gracias a mamá y papá, y recordando que a las 6:30 tomábamos café en el bar del "tortas".
Yo ayudé a papá a preparar las cabezas de los ciervos, en aquel cuarto donde tenía sus cosas de taxidermia. Mamá había dejado dos platos y un lebrillo para poner la carne y las lenguas.
Recuerdo que aquella noche, en casa cenamos normal, papá se hizo unos filetes en las brasas de la candela, con un bote de pisto casero. Mamá hizo dos tortillas de sesos de los ciervos, y los acompaño de unas patatas fritas y un poco de pisto.
Andrés, mi pequeño hermano, se había dormido en el sofá rojo y papá lo llevó a su cama. Pedro estaba sentado frente al fuego y yo ayudé a mamá a fregar los platos.
Papá le contaba a mamá que en esa semana terminábamos la obra de Rivero, y que después nos iríamos a la finca del Soto Rey a reparar unos canales. Ellos sentados en la mesa de la cocina. Pedro, mi hermano del medio, me dijo que si podía escuchar mi radio en la cama y yo me fui con él al dormitorio que compartíamos. Así nos quedamos dormidos. Entre cama y cama una mesilla de noche y un niño Jesus. La radio a los pies de esta y mi último cuerdo e aquel día, fue a papá y mamá que apagaron la luz y dijeron... Ellos duermen, vamos a la cama.
Aventuras, desventuras y otras milongas de un cordobes en Suiza
domingo, 6 de noviembre de 2016
viernes, 12 de agosto de 2016
Bajito y nervioso a la hora de trabajar. Italiano y para más Inri, de Calabria, pero no del bar que lleva el mismo nombre en mi Pueblo, de donde me siento asiduo y como en casa.
Los naturales de Calabria, tienen el gentilicio de Calabrés o calabresa. En la lengua calabresa, se escribe Calàbbria; en grecocalabrés: Calavría, pero no me voy a extender más en estos datos y os contaré algo de la semana 32/16 (semana 32 de 2016, comprendida desde el Lunes 8 de agosto al domingo 14 de dicho mes).
El lunes como sabéis, estaba nervioso pues tenía que cambiar de batalla y de capitán. Este capitán simpático y maravilloso (como el equipo que conforma este batallón), me ha enseñado muchas cosas de una de las pocas ramas de la construcción que aunque no la desconocía, casi no había trabajado en ella. Cada uno a su manera, me ha ido enseñando los secretos que se guardan en este ramo. Otero, un gallego simpático, siempre me aconsejaba y me dirigía cómo hacer las cosas. Al final este viernes, ya sabia de memoria el orden de las herramientas en la camioneta. José, un portugués simpático, poco hablador pero buen compañero, también me enseñó a ser soldado sin galones, y a tener algo más de vista en este gremio. Otero, el Gallego, se ríe de mí pues la pala, en alemán Schaufel, me la cargo al hombro, cuan buen militar carga su armamento y todos los demás han sido maravillosos, pero este Capitán Calabrés, me ha echo sentir más útil aún y me ha enseñado con sus formas y sus maneras algunos secretillos ocultos.
Para ser mi primera semana entera en asfalto, Belag, asphalt, en Alemán Suizo, ha sido una experiencia inolvidable, tanto por las personas que componían la compañía, como por la experiencia vivida. Aún sin ser un experto, creo he ganado la simpatía de la compañía y yo nunca podré olvidarlos, pues además de trabajar alegre y contento, he trabajado en un gran equipo.
Por ellos, por todos y cada uno de ellos, deseo tomarme una cerveza en la terraza de casa a mi llegada. Brindaré y alzaré mi copa por todos y cada uno de los que está hermosa semana, me han dado sus sonrisas, sus energías y sus conocimientos. El lunes regreso con ellos, pero el martes me cambian de batallón. Hoy bromeando con ellos, les decía que me echarán de menos cuando me marché a otro grupo, pues el jefe de personal así lo dispuso, pero en realidad, soy yo quien los añoraré incluso antes de irme.
Siempre me queda la posibilidad de verlos por el magazino (el almacén general de la empresa), de bromear con ellos y de sacar una sonrisa en cada uno de ellos, con una frase suelta a destiempo.
Esta semana me llovió encima dos veces, pase frío y el agua caló hasta mis calzoncillos, po no abandone mi puesto de batalla, me salieron durezas en las manos, pues hacía mucho tiempo que no tiraba tanto de carreta y pala. Sentí mis pies arder por al calor del asfalto caliente, metí la pata en algunas ocasiones, aprendí más de lo que imaginaba que podría aprender, no me queme con el alquitrán caliente derritiéndose al calor del fuego, estuve en una pista de aterrizaje de aviones militares, en una carretera que asciende a la montaña, bromeamos, reí y llore de felicidad. Una gran semana casi para no olvidar, quizás solo comparable a la segunda semana con Francesco, otro Italiano que tiene cautivado mi poder Guerrero.
Mientras el tranvía me lleva a casa, escribo esto y miro al azul del cielo, donde está mi inspiración. Ellos, desde arriba guían mi caminar, y cada vez que pestañeo me transportó a 2.500 km de donde estoy y veo a mis hermanos, a mis familiares, los de toda España, no sólo de Posadas, a los que están, a los que no están en persona pero si en mi vida y mi memoria. A mi hija, la fuente de energía que me transporta a donde nadie puede transportarme. Son solo una pocas de paradas las que me separan de casa, porque ahora y tras 5 años en estas tierras, si puedo decir que tengo casa y los más importante de todo, es que alguien me espera en ella.
Aún me queman los pies del día trabajado. Nunca olvidaré este viernes, nunca podré agradecer a Dios, lo muy feliz que me hace con este precioso y dulce sacrificio que se llama trabajo y que yo aún no comprendo porque muchos lo maldicen. Mañana... Bueno mañana será otro día. Banco, mirar tu cara preciosa, un rato de escuchar alemán, llevar reportes de trabajo y sobre todo, ante todo y pese a todo, vivir. Porque? Porque mañana es otro día, otra aventura y otras lágrimas derramadas por quienes no pueden vivir la intensidad de vivir.
Bajito y nervioso a la hora de trabajar. Italiano y para más Inri, de Calabria, pero no del bar que lleva el mismo nombre en mi Pueblo, de donde me siento asiduo y como en casa.
Los naturales de Calabria, tienen el gentilicio de Calabrés o calabresa. En la lengua calabresa, se escribe Calàbbria; en grecocalabrés: Calavría, pero no me voy a extender más en estos datos y os contaré algo de la semana 32/16 (semana 32 de 2016, comprendida desde el Lunes 8 de agosto al domingo 14 de dicho mes).
El lunes como sabéis, estaba nervioso pues tenía que cambiar de batalla y de capitán. Este capitán simpático y maravilloso (como el equipo que conforma este batallón), me ha enseñado muchas cosas de una de las pocas ramas de la construcción que aunque no la desconocía, casi no había trabajado en ella. Cada uno a su manera, me ha ido enseñando los secretos que se guardan en este ramo. Otero, un gallego simpático, siempre me aconsejaba y me dirigía cómo hacer las cosas. Al final este viernes, ya sabia de memoria el orden de las herramientas en la camioneta. José, un portugués simpático, poco hablador pero buen compañero, también me enseñó a ser soldado sin galones, y a tener algo más de vista en este gremio. Otero, el Gallego, se ríe de mí pues la pala, en alemán Schaufel, me la cargo al hombro, cuan buen militar carga su armamento y todos los demás han sido maravillosos, pero este Capitán Calabrés, me ha echo sentir más útil aún y me ha enseñado con sus formas y sus maneras algunos secretillos ocultos.
Para ser mi primera semana entera en asfalto, Belag, asphalt, en Alemán Suizo, ha sido una experiencia inolvidable, tanto por las personas que componían la compañía, como por la experiencia vivida. Aún sin ser un experto, creo he ganado la simpatía de la compañía y yo nunca podré olvidarlos, pues además de trabajar alegre y contento, he trabajado en un gran equipo.
Por ellos, por todos y cada uno de ellos, deseo tomarme una cerveza en la terraza de casa a mi llegada. Brindaré y alzaré mi copa por todos y cada uno de los que está hermosa semana, me han dado sus sonrisas, sus energías y sus conocimientos. El lunes regreso con ellos, pero el martes me cambian de batallón. Hoy bromeando con ellos, les decía que me echarán de menos cuando me marché a otro grupo, pues el jefe de personal así lo dispuso, pero en realidad, soy yo quien los añoraré incluso antes de irme.
Siempre me queda la posibilidad de verlos por el magazino (el almacén general de la empresa), de bromear con ellos y de sacar una sonrisa en cada uno de ellos, con una frase suelta a destiempo.
Esta semana me llovió encima dos veces, pase frío y el agua caló hasta mis calzoncillos, po no abandone mi puesto de batalla, me salieron durezas en las manos, pues hacía mucho tiempo que no tiraba tanto de carreta y pala. Sentí mis pies arder por al calor del asfalto caliente, metí la pata en algunas ocasiones, aprendí más de lo que imaginaba que podría aprender, no me queme con el alquitrán caliente derritiéndose al calor del fuego, estuve en una pista de aterrizaje de aviones militares, en una carretera que asciende a la montaña, bromeamos, reí y llore de felicidad. Una gran semana casi para no olvidar, quizás solo comparable a la segunda semana con Francesco, otro Italiano que tiene cautivado mi poder Guerrero.
Mientras el tranvía me lleva a casa, escribo esto y miro al azul del cielo, donde está mi inspiración. Ellos, desde arriba guían mi caminar, y cada vez que pestañeo me transportó a 2.500 km de donde estoy y veo a mis hermanos, a mis familiares, los de toda España, no sólo de Posadas, a los que están, a los que no están en persona pero si en mi vida y mi memoria. A mi hija, la fuente de energía que me transporta a donde nadie puede transportarme. Son solo una pocas de paradas las que me separan de casa, porque ahora y tras 5 años en estas tierras, si puedo decir que tengo casa y los más importante de todo, es que alguien me espera en ella.
Aún me queman los pies del día trabajado. Nunca olvidaré este viernes, nunca podré agradecer a Dios, lo muy feliz que me hace con este precioso y dulce sacrificio que se llama trabajo y que yo aún no comprendo porque muchos lo maldicen. Mañana... Bueno mañana será otro día. Banco, mirar tu cara preciosa, un rato de escuchar alemán, llevar reportes de trabajo y sobre todo, ante todo y pese a todo, vivir. Porque? Porque mañana es otro día, otra aventura y otras lágrimas derramadas por quienes no pueden vivir la intensidad de vivir.
Los naturales de Calabria, tienen el gentilicio de Calabrés o calabresa. En la lengua calabresa, se escribe Calàbbria; en grecocalabrés: Calavría, pero no me voy a extender más en estos datos y os contaré algo de la semana 32/16 (semana 32 de 2016, comprendida desde el Lunes 8 de agosto al domingo 14 de dicho mes).
El lunes como sabéis, estaba nervioso pues tenía que cambiar de batalla y de capitán. Este capitán simpático y maravilloso (como el equipo que conforma este batallón), me ha enseñado muchas cosas de una de las pocas ramas de la construcción que aunque no la desconocía, casi no había trabajado en ella. Cada uno a su manera, me ha ido enseñando los secretos que se guardan en este ramo. Otero, un gallego simpático, siempre me aconsejaba y me dirigía cómo hacer las cosas. Al final este viernes, ya sabia de memoria el orden de las herramientas en la camioneta. José, un portugués simpático, poco hablador pero buen compañero, también me enseñó a ser soldado sin galones, y a tener algo más de vista en este gremio. Otero, el Gallego, se ríe de mí pues la pala, en alemán Schaufel, me la cargo al hombro, cuan buen militar carga su armamento y todos los demás han sido maravillosos, pero este Capitán Calabrés, me ha echo sentir más útil aún y me ha enseñado con sus formas y sus maneras algunos secretillos ocultos.
Para ser mi primera semana entera en asfalto, Belag, asphalt, en Alemán Suizo, ha sido una experiencia inolvidable, tanto por las personas que componían la compañía, como por la experiencia vivida. Aún sin ser un experto, creo he ganado la simpatía de la compañía y yo nunca podré olvidarlos, pues además de trabajar alegre y contento, he trabajado en un gran equipo.
Por ellos, por todos y cada uno de ellos, deseo tomarme una cerveza en la terraza de casa a mi llegada. Brindaré y alzaré mi copa por todos y cada uno de los que está hermosa semana, me han dado sus sonrisas, sus energías y sus conocimientos. El lunes regreso con ellos, pero el martes me cambian de batallón. Hoy bromeando con ellos, les decía que me echarán de menos cuando me marché a otro grupo, pues el jefe de personal así lo dispuso, pero en realidad, soy yo quien los añoraré incluso antes de irme.
Siempre me queda la posibilidad de verlos por el magazino (el almacén general de la empresa), de bromear con ellos y de sacar una sonrisa en cada uno de ellos, con una frase suelta a destiempo.
Esta semana me llovió encima dos veces, pase frío y el agua caló hasta mis calzoncillos, po no abandone mi puesto de batalla, me salieron durezas en las manos, pues hacía mucho tiempo que no tiraba tanto de carreta y pala. Sentí mis pies arder por al calor del asfalto caliente, metí la pata en algunas ocasiones, aprendí más de lo que imaginaba que podría aprender, no me queme con el alquitrán caliente derritiéndose al calor del fuego, estuve en una pista de aterrizaje de aviones militares, en una carretera que asciende a la montaña, bromeamos, reí y llore de felicidad. Una gran semana casi para no olvidar, quizás solo comparable a la segunda semana con Francesco, otro Italiano que tiene cautivado mi poder Guerrero.
Mientras el tranvía me lleva a casa, escribo esto y miro al azul del cielo, donde está mi inspiración. Ellos, desde arriba guían mi caminar, y cada vez que pestañeo me transportó a 2.500 km de donde estoy y veo a mis hermanos, a mis familiares, los de toda España, no sólo de Posadas, a los que están, a los que no están en persona pero si en mi vida y mi memoria. A mi hija, la fuente de energía que me transporta a donde nadie puede transportarme. Son solo una pocas de paradas las que me separan de casa, porque ahora y tras 5 años en estas tierras, si puedo decir que tengo casa y los más importante de todo, es que alguien me espera en ella.
Aún me queman los pies del día trabajado. Nunca olvidaré este viernes, nunca podré agradecer a Dios, lo muy feliz que me hace con este precioso y dulce sacrificio que se llama trabajo y que yo aún no comprendo porque muchos lo maldicen. Mañana... Bueno mañana será otro día. Banco, mirar tu cara preciosa, un rato de escuchar alemán, llevar reportes de trabajo y sobre todo, ante todo y pese a todo, vivir. Porque? Porque mañana es otro día, otra aventura y otras lágrimas derramadas por quienes no pueden vivir la intensidad de vivir.
Bajito y nervioso a la hora de trabajar. Italiano y para más Inri, de Calabria, pero no del bar que lleva el mismo nombre en mi Pueblo, de donde me siento asiduo y como en casa.
Los naturales de Calabria, tienen el gentilicio de Calabrés o calabresa. En la lengua calabresa, se escribe Calàbbria; en grecocalabrés: Calavría, pero no me voy a extender más en estos datos y os contaré algo de la semana 32/16 (semana 32 de 2016, comprendida desde el Lunes 8 de agosto al domingo 14 de dicho mes).
El lunes como sabéis, estaba nervioso pues tenía que cambiar de batalla y de capitán. Este capitán simpático y maravilloso (como el equipo que conforma este batallón), me ha enseñado muchas cosas de una de las pocas ramas de la construcción que aunque no la desconocía, casi no había trabajado en ella. Cada uno a su manera, me ha ido enseñando los secretos que se guardan en este ramo. Otero, un gallego simpático, siempre me aconsejaba y me dirigía cómo hacer las cosas. Al final este viernes, ya sabia de memoria el orden de las herramientas en la camioneta. José, un portugués simpático, poco hablador pero buen compañero, también me enseñó a ser soldado sin galones, y a tener algo más de vista en este gremio. Otero, el Gallego, se ríe de mí pues la pala, en alemán Schaufel, me la cargo al hombro, cuan buen militar carga su armamento y todos los demás han sido maravillosos, pero este Capitán Calabrés, me ha echo sentir más útil aún y me ha enseñado con sus formas y sus maneras algunos secretillos ocultos.
Para ser mi primera semana entera en asfalto, Belag, asphalt, en Alemán Suizo, ha sido una experiencia inolvidable, tanto por las personas que componían la compañía, como por la experiencia vivida. Aún sin ser un experto, creo he ganado la simpatía de la compañía y yo nunca podré olvidarlos, pues además de trabajar alegre y contento, he trabajado en un gran equipo.
Por ellos, por todos y cada uno de ellos, deseo tomarme una cerveza en la terraza de casa a mi llegada. Brindaré y alzaré mi copa por todos y cada uno de los que está hermosa semana, me han dado sus sonrisas, sus energías y sus conocimientos. El lunes regreso con ellos, pero el martes me cambian de batallón. Hoy bromeando con ellos, les decía que me echarán de menos cuando me marché a otro grupo, pues el jefe de personal así lo dispuso, pero en realidad, soy yo quien los añoraré incluso antes de irme.
Siempre me queda la posibilidad de verlos por el magazino (el almacén general de la empresa), de bromear con ellos y de sacar una sonrisa en cada uno de ellos, con una frase suelta a destiempo.
Esta semana me llovió encima dos veces, pase frío y el agua caló hasta mis calzoncillos, po no abandone mi puesto de batalla, me salieron durezas en las manos, pues hacía mucho tiempo que no tiraba tanto de carreta y pala. Sentí mis pies arder por al calor del asfalto caliente, metí la pata en algunas ocasiones, aprendí más de lo que imaginaba que podría aprender, no me queme con el alquitrán caliente derritiéndose al calor del fuego, estuve en una pista de aterrizaje de aviones militares, en una carretera que asciende a la montaña, bromeamos, reí y llore de felicidad. Una gran semana casi para no olvidar, quizás solo comparable a la segunda semana con Francesco, otro Italiano que tiene cautivado mi poder Guerrero.
Mientras el tranvía me lleva a casa, escribo esto y miro al azul del cielo, donde está mi inspiración. Ellos, desde arriba guían mi caminar, y cada vez que pestañeo me transportó a 2.500 km de donde estoy y veo a mis hermanos, a mis familiares, los de toda España, no sólo de Posadas, a los que están, a los que no están en persona pero si en mi vida y mi memoria. A mi hija, la fuente de energía que me transporta a donde nadie puede transportarme. Son solo una pocas de paradas las que me separan de casa, porque ahora y tras 5 años en estas tierras, si puedo decir que tengo casa y los más importante de todo, es que alguien me espera en ella.
Aún me queman los pies del día trabajado. Nunca olvidaré este viernes, nunca podré agradecer a Dios, lo muy feliz que me hace con este precioso y dulce sacrificio que se llama trabajo y que yo aún no comprendo porque muchos lo maldicen. Mañana... Bueno mañana será otro día. Banco, mirar tu cara preciosa, un rato de escuchar alemán, llevar reportes de trabajo y sobre todo, ante todo y pese a todo, vivir. Porque? Porque mañana es otro día, otra aventura y otras lágrimas derramadas por quienes no pueden vivir la intensidad de vivir.
lunes, 3 de noviembre de 2014
La nota.
Dejo escrita una nota por
si se te ocurre venir. La dejo sobre el banco de madera, no se me ocurrió mejor
manera de saber el tiempo que tardaras.
La dejo en el banco que hay
bajo el caduco árbol, que con la caída de sus hojas, marca los otoños de mi
corazón. Espero que pronta llegue la primavera, no solo por la frondosidad del árbol,
sino por los latidos de mi corazón.
Por si te pierdes en el
camino, está 50 pasos más abajo del árbol rojo, ese tan hermoso que sus hojas
me hacen soñar. Soñar momentos de nueva felicidad.
Justo al lado de la casa de
verdes ventanas. Verde de esperanza de poder volverte a besar. No lo dudes eres
tú, fuiste tú y nadie más.
Rojas maderas soportan los
muros, como roja es la sangre que por mis venas corre. Alterada al pronunciar
tu nombre, casi siempre en la soledad de las noches de niebla, de soledad
compartida con la luna y las pocas estrellas de este cielo.
Blancos de cal, son sus
muros. Blanco color de Paz. Casi tanta como siente mi corazón, cuando en
secreto contigo llega mi mente a soñar. Mi boca pronuncia tu nombre en las
largas noches de invierno, en las largas jornadas de verano, en mi descanso, en
mi cansancio y en mis momentos de tranquilidad.
Dejo la nota en ese banco,
para saber el tiempo que vas a tardar, en venir a recogerla y volverte a besar.
sábado, 4 de octubre de 2014
10 de las mejores canciones de mi vida.
Como mi ciberamiga Rosario
Inés me retó a que decidiera entre las 10 canciones que más me gustan de mi
vida, aquí os dejo las canciones que marcaron el ritmo de mi vida.
Ha sido dura la elección,
pues en realidad podría haber hecho una preselección de 100 y así, habría sido
algo más explicito, pero me dijeron 10 y esas son las que pondré:
1- Marcos,
de la serie televisiva de dibujos animados.
Corría el año ´76, por
aquella época éramos tres hermanos en una casa llena de calor familiar y de
vivencias maravillosas. Esta canción la recuerdo en especial, porque Andrés, el
más pequeño con su cabello rubio, se sentaba siempre en el sillón rojo junto a
Pedro, mi hermano del medio y yo sentado en aquel sillón junto a ellos. Mamá siempre nos traía las galletas María
redondas con el colacao y una gran jarra de leche de las vacas que teníamos.
Nos encantaba hacer pisitos
con las galletas, untando entre una y otra para unirlas mantequilla. Cada vez
que nos sentábamos a verlo, nos tomábamos más de dos litros de leche entre los
tres.
Ya veis, por aquel entonces
yo tenía solo 10 años y ya estaba cargado de recuerdos y de maravillosas
vivencias.
2- Supertramp, Give a Little Bit.
Este tema es del año 1977.
Recuerdo la caratula de su disco. Un piano lleno de nieve en las montañas de
colorado.
Esta canción siempre anduvo
por mi vida, y cada vez que la escucho, me hace entrar en casa de Nino, mi
amigo y compañero de infancia. Su Padre, D. Antonio, una gran persona, un gran
amigo y un maravilloso señor. Recuerdo su tienda, y trastienda, los días vividos
en ella y los repartos en bicicleta. Como no, recuerdo a las maravillosas
hermanas de Nino, en especial a Salud, para mí toda una Mujer y una maravillosa
persona. También llega a mí el recuerdo de Emilio Gómez, Maravilloso. Como en
las tardes de tienda, tras salir del cole me enseñaba como cortar la carne, a
envasar los garbanzos y habichuelas que venían en sacos de 50 kg y los envasábamos
en bolsas de 1 kg. Y muchas más cosas.
Recuerdo que Salud, le
gustaba de poner este disco mucho y esta canción en especial se me grabo de por
vida.
También podría haber
enmarcado en este año a los Kraftwerk - Trans europe express, maravilloso tema
que me volvía loco escucharlo en mi casa a solas en la habitación de la azotea.
3- Janette, Corazon de Poeta.
Esta canción, estaba ya
escrita, de hecho Janette, venia ya de vuelta de los Picnic y otro grupo, que
ahora no recuerdo. Pero allá por mis doce años (1978), andaba yo descubriendo a
esta cantante y otros muchos que me gustan tanto, entre ellos, había varios
Italianos, había grupos Españoles y más y más. Pensamos que en aquella época, y
en la España que se estaba viviendo, no era fácil recopilar información como
hoy en día, que te metes en internet y encuentras todo lo que necesites.
Para ello, me pasaba muchas
noches en aquel cuartito pequeño de la terraza, donde antes Papá había utilizado
de criadero de codornices con la incubadora y que Mamá, me dejo que lo
blanquease con cal y lo hiciera mi pequeño estudio. Contaba con 4,10 mt de
largo por 3,55 de ancho. Tenía una puerta de madera pintada de verde y dos ventanas sin rejas. Por una de las
ventanas, veía el patio y las escaleras de acceso a la terraza, por la otra los
pisos donde mi amigo Nino vivía. Papá había dejado la estufa hecha por el, para
las noches de frio invierno. Solo era un bidón circular al que había puesto un
tiro y una boca por donde se metía la leña.
Comenzaba a ser
responsable, tenía que cuidar a cambio del cuarto las macetas y encargarme de
pintar dos veces por año con cal toda la terraza y las dos habitaciones de la
terraza.
En aquel cuarto, descubrí también
a otro gran cantante Adamo.
4- F. R. David words, don't come easy.
Este año de 1982, está cargado por muchas vivencias y muchas
experiencias que formarían mi carácter de por vida.
Esta canción, me hace
recordar a Isabel Jiménez, una niña rellenita, un encanto de chica, una
maravilla de mujer, que pasó fugazmente por mi vida y que con esa canción,
dimos algún bailoteo al cuerpo.
Aun la recuerdo. La
recuerdo porque fue algo maravilloso. Solo unos meses teníamos de una especie
de relación, pero quizás el destino, quizás mis pocas horas de diversión, quizás
el cansancio del trabajo, quizás, quizás, quizás, la unión de todo nos separó
de por vida. Nunca más he podido estar tan cerca de ella como aquella noche que
ella bestia un peto amarillo. Llegamos a estar tan cerca que casi llego a
traspasar sus ropas. Inocencia en estado puro, amor limpio y verdadero, sin
maldad. Lástima que aquello acabase tan rápido y sin vuelta atrás. Ella dejo de
estar cerca de donde la pudiera ver y el destino me obligo a olvidarla, aunque
siempre ha estado en mi corazoncito un trozo de ella.
Por aquella época, ya teníamos
la nueva casa construida, pero Mamá no quería que nos mudásemos hasta una fecha
concreta, pues sería especial para Papá, La casa estaba ya amoblada por
completo, y tan solo yo dormía en aquella casa de muebles nuevos, de cuberterías
y vajillas guardadas por muchos años para esta nueva casa.
Corría el frio Febrero y
con permiso de Papá y Mamá, me dejaron hacer una pequeña fiesta en la nueva
casa. Todos estaban allí, Pepe e Inma, Andrés y Maricarmen, Nino y Ana, Genaro
y Paqui, Cristóbal y Conchi, Sebastián e Isabel. Entre otras, sonó esta
canción. Unas cervezas, ginebra y cocacola, ron y wisky, el fuego de la
chimenea y las risas de niños de 15-16 años.
Una habitación, una cama,
una pareja que se besa, pureza de la edad y la sangre acelerada al ritmo de dos
corazones que palpitan. Aún recuerdo aquella niña entre mis brazos. La primera
y la única vez. Siempre recordaré que Maricarmen y Andrés lo estropearon
irrumpiendo en la habitación, pues todos quería ir a otro sitio a esas horas de
la noche.
Aquella fue mi primera y única
vez. Nunca más volvimos a vernos a solas y nunca más estuvimos juntos. Andrés y
Maricarmen, tenían más atracción que yo, pues ellos disfrutaban del campo donde
hacían fiestas y peroles y montaban el caballo. Yo no podía asistir a todas,
pues el trabajo ya cansaba mi cuerpo de niño y Papá era exigente en su empeño
de mi preparación.
5- Mecano, me cole en una fiesta.
Era la noche del 9 de Abril
de 1982. Era Viernes Santo. La luna llena mandaba en la noche cuando regresaba
de la procesión. Tras portar sobre mis hombros al paso del Santo Entierro, hice
una parada en la cervecería de Toni, allí en la plaza de los Mártires (hoy
llamada de la constitución).
Una cerveza, un rato de
charla con Toni, y pronto para casa, bueno eso de pronto me refiero a que solo estuve
una hora con él, pues la procesión había terminado a las doce y con unas cosas
y otras eran ya las 1:30 de la madrugada.
Al subir las escaleras de
casa, esas que con el tiempo me verían noches y noches sentado en ellas entre
la casa y el patio, pasando todo tipo de momentos, fueron las testigo de mi
asombro. Sobre el sillón de la entrada, había depositado un disco, tenía en su
caratula un reloj y una nota donde me daba las instrucciones de cómo
utilizarlo.
Aquella noche en mi
dormitorio, estaba el equipo de música que tanto había deseado y que mis padres
me compraron para mi cumpleaños.
6- Julio Iglesias, la carretera.
Aquella noche, tu venias de
Córdoba. Paraste en Posadas para recogerme y llevarme a Palma del Rio. Aquella
noche, lo pasamos genial, estuvimos en el Pub que tanto nos gustaba visitar, estuvimos
de fiesta, hablamos, reímos, era maravilloso. Por aquel entonces ya éramos más
adultos, aunque yo seguía y sigo siendo tu niño.
Tu Renault 21 blanco, tus
palabras, la noche, las risas que nunca faltan en nuestros encuentros y por
supuesto las lagrimillas que nos hacemos de vez en cuando, Porque en realidad
la vida no es todo felicidad.
Siempre has sido mi hermana
Mayor, siempre he sido el hermano que no tuviste, Siempre unidos a pesar de la
distancia y de los caminos diferentes que hemos vivido, aunque siempre lejanos
como los railes del tren, pero cercanos en cada momento.
Soy el Hombre más
afortunado de la tierra por tenerte a mi lado siempre. Aunque estés en la
distancia
7- El Ultimo de la Fila, Llanto de Pasión.
Con este grupo, no solo
aprendí a devorar letras, sino que también descubrí instrumentos musicales que
ni conocía. Además de aprender palabras para mí hasta entonces desconocidas.
Los he visto varias veces
en concierto en directo, y más que gustarme me encantaron. Aún recuerdo el último
concierto que vi de ellos. Maravillosos momentos
De este Grupo, y en
especial de Manolo García podría escribiros casi un betseller. Entre otras, la
noche de Écija y de Sevilla.
8- Nacha Pop, la chica de ayer.
Lógicamente esta canción no
puede faltar en mi repertorio, me trae muchos recuerdos a la cabeza. Mi chica
de pelo de fuego, mi bicicleta, el campo, los amaneceres en mi habitación de la
azotea, las cintas de casette, los primeros discos para el equipo de música…
Tantas y tantas cosas, que
casi se me amontonan los recuerdos.
9- Circo del Sol, Alegría.
Sin palabras,
esta canción no solo es imprescindible en mi vida, sino que he de dar gracias a
Dios por haber vivido la maravillosa experiencia vivida en su día.
Muchas veces,
cuando decaigo, la canto y cerrando mis ojos puedo revivir la maravillosa experiencia
vivida.
Estaba en los peores
momentos de mi vida, mi Madre estaba recién muerta, mi hija la había separado
una jueza de mi vida, dando potestad a tenerla a quien por egoísmo y maldad no quería
que la tuviera a mi lado. EN aquellos días, me acusaron de violador reiterado,
me tacharon de maltratador, de ser un borracho y un mal padre. Aquellos días eran
insoportables, eran momentos en los que me venía abajo con facilidad, en los
que pensaba en dejar todo y regresar a mi Pueblo a estar cerca de mi hija, pero
tenía que aferrarme a la realidad y sabía que estando allí, solo empeoraría las
cosas.
Ver mi exmujer tirar por
tierra todo cuanto la vida nos había dado, verla tirar su reputación por los
suelos, ver como mi hija estaba en manos equivocadas y más y más cosas que por
educación no puedo escribir, me tenían atormentado. Solo, incluso ya sin la
amistad de esos “españoles” que tanto daño habían causado en mi vida estando en
estas tierras. Esos que vivían puerta con puerta conmigo y que me estaban
intentando hundir
Aquella mañana quise hacer
la foto de mi vida, y tú hiciste que mi vida cambiara. Gracias Francesca, por
aquellos momentos y gracias por cada primero de mes. Ojalá pronto lo podamos
revivir.
Graciassssssssssssssssssss
10- Sinéad O'Connor - Nothing Compares 2U
Con esta canción llego a la
número 10.
Esta canción es todo un
himno que me gusta escuchar algunas veces a solas para tener presente a una
dama que me ha sacado del vacío interior que tenía y que me ha ayudado a sacar
lo más positivo de mí y que estaba encerrado desde hacía unos años.
Una mujer que ha sido
maravillosa en sus palabras sabias, en sus momentos de compañía, en sus
comprensiones y en sus consejos, Una mujer que me ha dado un año de su vida y
que sin importarle nada me ha enseñado la manera de afrontar los años que me
quedan por vivir.
Gracias Laura.
lunes, 22 de septiembre de 2014
EL ORGASMO.
Quizás nadie lo pueda creer, pero hoy he tenido el más
maravilloso de los ORGASMOS que un ser humano pueda tener.
Las tres, han vertido sobre mí, los jugos del deseo. No
quedo trozo de mi cuerpo, que no fuese humedecido por sus fluidos.
Las siete horas que duró la cópula, han sido
maravillosas. Espontaneas, inverosímiles, fantásticas, fabulosas,
soberbias, llenas de pasión, de dulzura,
de agrado, de placer carajos de placer, de mimos y de caricias. Nada puede ser
comparado a mi experiencia de hoy.
Fueron siete horas intensas, donde sus fluidos,
resbalaron por mi rostro, por mis desnudas manos, se introdujeron en mis uñas
(aún tengo su olor después de haberme duchado), mi pecho mezclaba el sudor que
emanaba, con sus jugos. Era el más espectacular de todos los juegos eróticos
que jamás un hombre pueda desear, soñar, anhelar. Lo cual me hizo llegar al
éxtasis total a eso de las 5 de la tarde.
He de decir, que me he ayudado no solo de mis manos, no
solo de mi destreza, sino también del vibrador que placer daba a raudales, pues
cada vez que lo introducía, sus jugos afloraban más aun al exterior. Lo cual
hacía cada vez más y más aumentar mi excitación. Mis deseos de seguir jugando
con ellas, de coquetear con una, mientras la otra se marchaba, no lejos de mi
cuerpo. Las deseaba a las tres, no podía apartar mi mirada de ellas, era como
si estuviese poseído por un deseo extraño. Como si fuese la primera vez.
Sé que he sido egoísta, pues abrazaba con fuerza a una de
ellas más que a las otras dos, pero era ella la que más placer me daba, pues
cada vez que a mí se acercaba, vomitaba más y más fluidos por su parte
inferior. Era un maravilloso baile que nos hacía fundirnos en uno solo. Nada
tiene comparación, con lo vivido hoy.
Sé que más de uno, al verme disfrutar así, haya tenido
algún ataque de celos, pero que carajos, si me tenéis que llamar egoísta,
llamádmelo. Cuando volveré a disfrutar de estas tres hermosuras juntas y
durante 7 horas??.
Sus nombres han
quedado grabados a fuego en mi corazón, pues jamás ninguna me dio el placer que
estas tres hermosuras me han dado hoy. Nunca ninguna fémina, llegara a darme el
éxtasis que hoy viví. Podría vivir tres vidas más y jamás sentiría lo que hoy
he llegado a sentir.
Una era gordita, pero era la que aportaba “la sustancia”
a mi placer. La otra era alta y delgada, la que transportaba esa sustancia
hasta mis manos, hasta mi cuerpo. La tercera… Bueno la tercera era la que mas
placer me ha dado en estas siete horas, era algo más pequeña que las otras dos,
más ancha de arriba que de abajo, pero no veáis que bajos. Impresionantes, pues
cada vez que los abría me llevaba al máximo exponente del placer, y vertía
sobre mi sudoroso cuerpo sus fluidos una y otra vez.
Ojala Dios se apiade de mí por pecar de esta manera tan
simple, pero al mismo tiempo tan maravillosa. Ojalá Vengan más días de estos en
fechas venideras, pues los necesito casi más que el comer. Ojalá nunca me
falten de este tipo de experiencias, pues ellas son las que llenan mis deseos.
Uffffffffffffffffff, excitación al máximo. Incluso creo
que ahora, en la soledad de mi habitación, desnudare mi mente, para masturbarla
con su recuerdo. Pues la maravillosa experiencia, me hace sentirme aún más
vivo, más deseoso, y ojala pudiese regresar al calor de sus cuerpos en esta
noche de cansancio.
Os presento a mis tres Amores, con los cuales he
compartido una maravillosa experiencia.
La hormigonera,
La grúa.La cuba.
Mis amores de hoy.
Y os presento al consolador
jueves, 28 de agosto de 2014
Maldito reloj,
maldito. Que despiertas a mi cuerpo tan temprano, tan tempranito.
Reloj, reloj
maldito.
Son solo las 4:30
de la madrugada y el teléfono suena con su melodía y en su pantalla un mensaje
dice “arriba dormilón”. Y así comienza el nuevo día. Pero… No como el de
cualquiera, es decir, bostezar, rascarse los huevecillos, maldecir al
despertador y luego tropezar con lo primero que pillan. Mi día comienza
distinto, muy distinto. Os lo explico todo en unas palabras.
Antes de que
suene la alarma, ya estoy con los ojos abiertos, es un juego que desde haced
años tenemos el teléfono y yo. Algunos días se cabrea y no me deja que lo
apague hasta terminar la melodía, y eso que llevo unos minutos esperándolo, acechándolo
cuan mochuelo en la nocturnidad acecha al ratoncillo.
Me pongo en pie rápido
y hago lo que todos los hombres hacen al levantarse de la cama, y no es
rascarse los huevecillos, si no colgarlos, porque pasan del estado horizontal
al vertical y lógicamente se descuelgan.
Lejos de ir a
tomar una taza de café, me apuro el resto de bebida que deje la noche anterior
cerca de donde duermo, hoy le tocó el turno a un último trago de red Bull, que
por cierto caliente esta malísimo. Doy gracias a “Dios”, por darme un nuevo
día. Por lo general envío un par de wasap uno es seguro cada mañana, a mi hija,
para que sepa que papá ya está en marcha para su lucha diaria.
Arriba esos
corazones, mundanos mundaneros, casi
todas las mañanas escribo en Facebook, aunque no es todos los días, si la mayoría.
Voy al baño, me lavo la cara y cuan mono asustado me sorprende mi fealdad, pero
qué más da, es solo un cristal que refleja la realidad.
Hoy a las 5:30 ya
estaba en el almacén general de la empresa (aquí lo llamamos magazino). Y esperando
recoger unos documentos. He retornado a casa. Buenos días Agente de la
autoridad, he dicho al cruzar la rotonda, porque creo que en Suiza, cuando
ponen las calles, también ponen a los policías. Y así he llegado a casa donde
me enrabiete un poco con los compañeros de vivienda, porque dejaron la puerta
de la calle abierta.
En casa, me he
tumbado a observar los documentos adquiridos, pues he de conocer bien el
trabajo si quiero ser eficiente, pero al ver los primeros rayos de sol, no he
podido resistir la tentación de volver a hacer lo que antaño, Pasear al
amanecer. Un paseo, regreso a casa, un vistazo a Facebook, ahora sí, un café
frio y unas galletas con mahonesa (he de admitir que me he aficionado a este
mejunje hace poco y que me gusta de vez en cuando tomarlo). Después no me
quedaba más remedio que salir a luchar por el día que se presentaba.
Tomas el coche,
los aviones rozan su techo al despegar, cruzas un pequeño bosque y de repente
zassssssssss, la autopista. Gente dislocada, camiones, coches y massssssssssss.
La música suena, las calles de Zúrich parecen estar hoy preciosas. Una parada
para mandar dinero, Andrea necesita ropas para la feria y también para otras
cosillas. Vuelas por las calles dirección sur-oeste, no te pases que te sacan
foto los agentes. Negociación. Cuanto valgo, cuanto pagas, cuánto soy???
Regresas a casa,
antes has de visitar al consultor. Rápido cruzas avenidas, puentes y túneles,
al final ves lo que te gusta. Aviones despegar, estas llegando a casa ya. Hoy
no hay correo, te das cuenta al mirar el buzón, y te fijas que a los
contenedores de basura, le pusieron una pegatina para no abrirlos. Coño, ya nos
ha denunciado por echar basura inadecuada. Lo lees, lo traduces mentalmente,
las palabras que no sabes, utilizas el traductor, exhalas de adivinación solo es que van a lavarlos y es por precaución,
para que no metamos nada hoy.
Te vas a comprar
esas salchichas, y la chica del kiosko, al verte venir te sonríe. Puñetera,
solo lo hemos hecho tres días y ya me conoces. Antes de llegar a ella, ya lo
tiene todo preparado… Un paquete de marllboro y sobre su pecho una cerveza. Con
su voz dulce me dice uno y uno, en lenguaje alemán, yo asiento con la cabeza,
sin dejar de sus tetas mirar. Perdón, la cerveza.
Me llama la atención
que han colgado en una caja unas cosas y es para recaudar dinero para los
niños, sin más, le hago una afoto y les dejo 40
céntimos de franco (40 rapas). Como en España, que dejas eso en la calle y se llevan hasta la caja de cartón.
Pero eso no es todo, porque al entrar al
Volg, que es la tienda donde he de comprar los tomates, me encuentro a un
antiguo amigo, charlamos mientras compramos, compramos mientras charlamos,
joder la vida es maravillosa.
Ahora viene un
rato de relajación, me doy una ducha y siento como el agua cae sobre mi desnudo
cuerpo. Lo necesitaba, necesitaba esa sensación, mis manos sobre los azulejos
de la ducha, el agua que fluye sobre mi cuerpo, resbalando suave cuan caricia
de mujer. Ufffffffffffffffff. Y al compás
de la música, llevando el ritmo, me doy cuenta de que cuando tocas los palillos
con los dedos húmedos suenan mejor, llevo el ritmo me entusiasmo y con mis manos,
sobre mis muslos llevo el ritmo de la batería. No tocare los platillos, pues
voy sin calzoncillos.
Por fin la gran
aventura. La cocina me llama a voces, no puedo evitarlo. La semana está siendo muy dura, necesito trabajar
massssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss
Grito al viento,
con cuidado del movimiento, pues los calzoncillos aun no me he puesto.
Comienza mi
aventura. Cocino para esta criatura.
Llevo el ritmo
con cuchara y tenedor, para una linda cocina, la música es lo mejor, con el
cuchillo toco la batería, esta vez en la encimera, que mis muslos no son de
madera. Y me evado de todos los problemas.
Tarde de lectura,
de aprender, de interpretar. Coño ni la vuelta ciclista he podido mirar.
Ahora la tarde
toca a su fin. Un paseo por las cercanías, una cerveza en los asientos de la
escalera de la iglesia, una mirada a su cementerio, y a casa. Nueva ducha,
terminar lo que escribo (si el wasap me deja), hermoso día y tarde compleja, he
llamado a España y nadie me contesta. Andrea anduviera con las amigas, María estará
de paseo. Sin cobertura Laura, Andrés y Pedro. Al final regreso a casa, una
ducha, las noticias. Los recuerdos…
Buenas noches
chicos y chicas, este día toca a su fin y mañana viernes por fin.
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