jueves, 28 de agosto de 2014



Maldito reloj, maldito. Que despiertas a mi cuerpo tan temprano, tan tempranito.

Reloj, reloj maldito.
 

Son solo las 4:30 de la madrugada y el teléfono suena con su melodía y en su pantalla un mensaje dice “arriba dormilón”. Y así comienza el nuevo día. Pero… No como el de cualquiera, es decir, bostezar, rascarse los huevecillos, maldecir al despertador y luego tropezar con lo primero que pillan. Mi día comienza distinto, muy distinto. Os lo explico todo en unas palabras.

Antes de que suene la alarma, ya estoy con los ojos abiertos, es un juego que desde haced años tenemos el teléfono y yo. Algunos días se cabrea y no me deja que lo apague hasta terminar la melodía, y eso que llevo unos minutos esperándolo, acechándolo cuan mochuelo en la nocturnidad acecha al ratoncillo.

Me pongo en pie rápido y hago lo que todos los hombres hacen al levantarse de la cama, y no es rascarse los huevecillos, si no colgarlos, porque pasan del estado horizontal al vertical y lógicamente se descuelgan.

Lejos de ir a tomar una taza de café, me apuro el resto de bebida que deje la noche anterior cerca de donde duermo, hoy le tocó el turno a un último trago de red Bull, que por cierto caliente esta malísimo. Doy gracias a “Dios”, por darme un nuevo día. Por lo general envío un par de wasap uno es seguro cada mañana, a mi hija, para que sepa que papá ya está en marcha para su lucha diaria.


Arriba esos corazones, mundanos mundaneros,  casi todas las mañanas escribo en Facebook, aunque no es todos los días, si la mayoría. Voy al baño, me lavo la cara y cuan mono asustado me sorprende mi fealdad, pero qué más da, es solo un cristal que refleja la realidad.

Hoy a las 5:30 ya estaba en el almacén general de la empresa (aquí lo llamamos magazino). Y esperando recoger unos documentos. He retornado a casa. Buenos días Agente de la autoridad, he dicho al cruzar la rotonda, porque creo que en Suiza, cuando ponen las calles, también ponen a los policías. Y así he llegado a casa donde me enrabiete un poco con los compañeros de vivienda, porque dejaron la puerta de la calle abierta.

En casa, me he tumbado a observar los documentos adquiridos, pues he de conocer bien el trabajo si quiero ser eficiente, pero al ver los primeros rayos de sol, no he podido resistir la tentación de volver a hacer lo que antaño, Pasear al amanecer. Un paseo, regreso a casa, un vistazo a Facebook, ahora sí, un café frio y unas galletas con mahonesa (he de admitir que me he aficionado a este mejunje hace poco y que me gusta de vez en cuando tomarlo). Después no me quedaba más remedio que salir a luchar por el día que se presentaba.

Tomas el coche, los aviones rozan su techo al despegar, cruzas un pequeño bosque y de repente zassssssssss, la autopista. Gente dislocada, camiones, coches y massssssssssss. La música suena, las calles de Zúrich parecen estar hoy preciosas. Una parada para mandar dinero, Andrea necesita ropas para la feria y también para otras cosillas. Vuelas por las calles dirección sur-oeste, no te pases que te sacan foto los agentes. Negociación. Cuanto valgo, cuanto pagas, cuánto soy???


Regresas a casa, antes has de visitar al consultor. Rápido cruzas avenidas, puentes y túneles, al final ves lo que te gusta. Aviones despegar, estas llegando a casa ya. Hoy no hay correo, te das cuenta al mirar el buzón, y te fijas que a los contenedores de basura, le pusieron una pegatina para no abrirlos. Coño, ya nos ha denunciado por echar basura inadecuada. Lo lees, lo traduces mentalmente, las palabras que no sabes, utilizas el traductor, exhalas de adivinación  solo es que van a lavarlos y es por precaución, para que no metamos nada hoy.

Te vas a comprar esas salchichas, y la chica del kiosko, al verte venir te sonríe. Puñetera, solo lo hemos hecho tres días y ya me conoces. Antes de llegar a ella, ya lo tiene todo preparado… Un paquete de marllboro y sobre su pecho una cerveza. Con su voz dulce me dice uno y uno, en lenguaje alemán, yo asiento con la cabeza, sin dejar de sus tetas mirar. Perdón, la cerveza.

Me llama la atención que han colgado en una caja unas cosas y es para recaudar dinero para los niños, sin más, le hago una afoto y les dejo 40  céntimos de franco (40 rapas).  Como en España, que dejas eso en la calle y se llevan hasta la caja de cartón.
 
 
Pero eso no es todo, porque al entrar al Volg, que es la tienda donde he de comprar los tomates, me encuentro a un antiguo amigo, charlamos mientras compramos, compramos mientras charlamos, joder la vida es maravillosa.

 

Ahora viene un rato de relajación, me doy una ducha y siento como el agua cae sobre mi desnudo cuerpo. Lo necesitaba, necesitaba esa sensación, mis manos sobre los azulejos de la ducha, el agua que fluye sobre mi cuerpo, resbalando suave cuan caricia de mujer. Ufffffffffffffffff.  Y al compás de la música, llevando el ritmo, me doy cuenta de que cuando tocas los palillos con los dedos húmedos suenan mejor, llevo el ritmo me entusiasmo y con mis manos, sobre mis muslos llevo el ritmo de la batería. No tocare los platillos, pues voy sin calzoncillos.

Por fin la gran aventura. La cocina me llama a voces, no puedo evitarlo. La semana está  siendo muy dura,  necesito trabajar massssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss

Grito al viento, con cuidado del movimiento, pues los calzoncillos aun no me he puesto.

Comienza mi aventura. Cocino para esta criatura.




Llevo el ritmo con cuchara y tenedor, para una linda cocina, la música es lo mejor, con el cuchillo toco la batería, esta vez en la encimera, que mis muslos no son de madera. Y me evado de todos los problemas.

 

Tarde de lectura, de aprender, de interpretar. Coño ni la vuelta ciclista he podido mirar.

Ahora la tarde toca a su fin. Un paseo por las cercanías, una cerveza en los asientos de la escalera de la iglesia, una mirada a su cementerio, y a casa. Nueva ducha, terminar lo que escribo (si el wasap me deja), hermoso día y tarde compleja, he llamado a España y nadie me contesta. Andrea anduviera con las amigas, María estará de paseo. Sin cobertura Laura, Andrés y Pedro. Al final regreso a casa, una ducha, las noticias. Los recuerdos…

Buenas noches chicos y chicas, este día toca a su fin y mañana viernes por fin.

 las imágenes de las salchichas violeadas,














 

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