Duele la
distancia…
Duele los
2.500 Km. que cada día me separan de ti.
Duelen, porque cuando se quiere duele la distancia.
Algunos
días despierto con mis ojos llenos de agua salina, que resbalan hasta mis
labios. Algunos días las distancias kilométricas son tan cortas, que hasta creo
sentir tu respiración junto a mí. Esa distancia kilométrica que nunca pudo
separarme de ti. Esos días huraños, distantes, de largas caminatas recordando
tus risas, esos días de llantos silenciosos que me llenan de vida, de lucha, de
desafíos hacia el destino… Esos días no duelen.
No duelen
las llagas de mis pies, no duelen las largas horas de frío, no duele el dolor…
Mundo
Mundano, hoy la cercanía de mi hija, duele más que esa distancia kilométrica.
Hoy la distancia que nos separa, es solo un cristal, el ancho de la calle y una
pared que nos separa. Duele mas esta distancia que la distancia que recorre ese
avión en poco más de 2 horas.
Duele saberte
hay, y no ver tu sonrisa. Querida hija mía, qué cercana estas y qué lejana te siento.
El no verte, el no sentir tus dicharacherias…
Un
cigarro, una cerveza, una falsa risa y nueva mirada al cristal. Pensamiento de
tristeza, tan lejos tu de mi, tan cerca yo de ti.
Duelen más
estos menos de 100 mt. que los más de 2.500 Km.
Querida
Hija mía, y yo que culpa tengo??.
Hoy mi
vida dio un giro.
Escrito
por un padre maltratado, un padre que sufre violencia de genero, un padre
distanciado de su hija, un padre que no desea juicios ni juzgados. Solo un
padre.
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