Busqué tela de
aspa de molino Viejo, para poner zurcido
a Corazón herido.
Tela que encontré
en mi largo caminar, no lejos de donde partí, y donde ha de ser mi final.
Que de remiendos
postizos y de más tela vieja, que nuevas telas, poco a poco he ido dando con
remedios pasajeros a los rasguños de mi corazón. Lentas anestesias, que más que
curar, solo servían de alivio provisional. Pero seguía mi camino, lento y a
pie. Pasos algunos más lentos de lo normal, pero siempre firmes en mí caminar.
Ya se sabe que el cansancio del camino, algunas veces trae consigo cansancio y
desánimos. Pero hoy todo da igual, Que
hoy más cerca que lejos veo mi meta final.
Sed causaba la
herida, que sangre derramaba en mi caminar. He bebido de fuentes placenteras,
pero eran paradas, solo paradas en mi caminar, que mi meta esta aún más lejana,
que estas fueron solo una paradas para descansar.
Retomo hoy mi
camino, ausente ya de remiendos postizos, que aunque corazón llevo herido, no
puedo ralentizar el paso en mí sendero. Que no quiero paradas que reconforten
dolor, pues son solo anestesias y no son sanación. Que no quiero ser, sino
brújula de mi destino, quizás más malo que bueno, quizás bueno y malo, pero al
fin de todos los días, es el camino que yo decidí caminar. Tomo provisiones en
esta posada donde aloje mi cuerpo cansado. Sobre negra mochila de sueños y de
deseos, cargo pan para algunos días, un búcaro de más agua que vino. Ahumada
carne que aguante los días y por compañía la sobra de mí mismo.
Igual que los
Reyes de Oriente, sigo el rastro de la estrella que ilumina mi senda, que si el
día no me deja verla, en las noches de poca luna me dirá si sigo recto o torcí
mi destino.
Retomo después de
un año, mi futuro y mi camino, que no es de buenas gentes abandonar sus
destinos. Más bien es de cobardes, rendirse en el camino. Si antaño lo deseaba,
ahora retomo recorrido, que perdonen quienes tengan que perdonar, estos días de
olvido, que lejos de olvidarlo, solo una pausa ha sido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario