domingo, 30 de diciembre de 2012


Esa tarde, estaba yo en la salida de tu carrera popular, era y será de por vida, el 28 de Diciembre del año en gracia 2012.

Tu madre andaba cerca, casi a mi lado, por lo que decidí irme un poco más lejos, mucho más allá.

Casi 100 metros anduve, mirando siempre hacia atrás, mirando tu salida, pero no logre verla, porque donde me puse para verte, frente a la Pizzería, andaba tu tía, y quería seguir sin molestar, así que camine mas allá, mas lejos, y mientras ya tu habías salido, habías pasado casi frente a mi y decidí esperar tu regreso en los mesones. Pero tampoco pude quedarme allí, porque andaba tu otra tía con mi perro, quien se alegro de verme, quien me ladro, llamándome, pero continué caminando. Caminaba hacia casa, caminaba hacia mi refugio, donde llorar que no podía estar contigo, verte, junto a ti, apoyándote…

… y apareciste tu, sudada, cansada, hundida, llorando y deseando abandonar la carrera. Pero estuve allí, como el día que naciste.

No abandones Andrea, te dije. Me miraste y tus lagrimas hicieron aflorar las mías. Respira por la nariz, exhala por la boca, ten calma, no pares, anda, continua, anda, camina, solo camina, pero no abandones, papá no abandono los días de frió.

Tú me miraste, tu sonrisa y tu rizada cabellera negra, me hicieron reaccionar y camine junto a ti, camine a tu lado, por la acera. Me mirabas y tu mano en el costado de dolor y falta de oxigeno, me dieron mas deseos de alentarte, seguí caminando a tu lado, tus lagrimas de dolor, de rabia, eran mis lagrimas, pero no podía abandonarte. Camine a tu lado y juntos caminamos hasta que me dijiste llorando no puedo mas.
 

Papá te contó en aquel momento su corta historia, como me dolían los pies en el túnel, como pase frió en el hielo, sin dejar de caminar a mi lado, tu en tu carrera, yo por la acera… y llegamos a la meta.






Me abrazaste y te abrasé, no deje tu rumbo sin norte, te besé, te fotografié y deje tu tarde en las manos de tus cuidadoras. Tu Madre, tus Tías y me marché.

 

Pedí una tarta donde escribí lo que eres para mí. Te compre unas nuevas zapatillas, porque quizás no has sido la primera por las zapatillas y me marche  a la casa donde hoy habitas.
 

El frío portero me devolvió la voz de tu abuela, -Quien es??- Pregunto ella. -Soy Sebastián, por favor, abre la puerta de la calle, quiero dejarle a mi hija unos regalos abajo en el portal, y cuando me marche bajas a recogerlos- conteste yo. Fueron claras sus palabras, -No te abro sinberguenza-.

Largo fue el camino hasta regresar a casa, las manos ocupadas, en una la tarta, en otra la bolsa de tus zapatillas y mis lagrimas, hasta caer al suelo rodaron por mis mejillas. Uno a uno los pasos conté, ahora si se la distancia que me separa de ti.

 

Sobre frío mármol, yacen tu tarta y tus zapatillas, hay quedaran depositadas hasta que regreses a por tu premio, lo cual deseo sea antes de que malo se ponga el merengue, mala la nata, malo se ponga el chocolate y haya de tirarla…

Fuiste la tercera, pero para mi eres la primera, La mejor, La Primera mi Amor.